Legend SK

domingo, 7 de diciembre de 2008

Análisis: Lost Odyssey

Juego: Lost Odyssey.
Género: RPG.
Plataforma: Xbox 360.

Dede el primer momento, Lost Odyssey estaba predestinado a ser el nuevo Final Fantasy.
Teniendo el mismo director (Sakaguchi) que los mejores Final Fantasy, y, lo que es más importante, a Nobuo Uematsu, creador de esas genialidades en forma de banda sonora que arropan a esos RPG de Square con los que tantas horas hemos pasado, no se podía esperar menos.

Si a esto le sumamos un planteamiento y estilo de juego muy parecidos, ¿es correcto hablar de LO como del nuevo Final Fantasy?
Grandísimo error. Comparar un juego con los mejores juegos de la historia (Final Fantasy del 6 al 10) es hacerle un flaco favor, pues no conseguiríamos más que sacarle defectos.
Así pues, yo no lo haré, y espero que vosotros tampoco.

Antes de empezar, me gustaría recomendaros una cosa. Si podéis evitarlo, no leáis el análisis hasta que completéis el juego. Cierto es que nosotros nunca ponemos spoilers que puedan estropearos la experiencia jugable, pero juegos como este se disfrutan mucho más si jugamos sin conocer absolutamente nada de ellos. En vuestras manos queda.


El comienzo del viaje
Kaim Argonar es un mercenario contratado por el ejército de Uhra. No recuerda su pasado ni tiene metas de futuro, tan solo lucha para ganarse el pan.
Kaim se encuentra combatiendo en la guerra para la que ha sido contratado, cuando de repente una lluvia de meteoritos asola el campo de batalla. Solo hay un superviviente.
La gente se pregunta como puede ser que murieran todos menos él. No conocen su secreto, y él prefiere no revelárselo. Total, como él bien dice, nadie le creería.

Y es que Kaim es inmortal.

Durante mil años ha vagado por el mundo, pero sus recuerdos se han esfumado sin saber por qué. Sin embargo, al volver a Uhra encuentra un rostro familiar. Una “joven” que también parece reconocerle, pero que, al igual que Kaim, tiene los recuerdos borrosos. Su nombre es Sez, y al parecer ella también es inmortal.

A ambos se les asigna la misión de ir a investigar el Gran Arca, un gigantesco artefacto mágico que está siendo construido cerca de allí. Junto a ellos irá Jansen, mensajero real aficionado a las mujeres y al vino (quizá en exceso), y primer personaje mortal al que controlaremos.

Como es lógico, a medida que avancemos en la historia se irán complicando las cosas y aparecerán los ya típicos giros argumentales y personajes con ansia de poder.
Sin embargo, una de las cosas que más destaca de Lost Odyssey es la simplicidad general de la historia. Al principio todo será un lío y estará todo envuelto de un halo de intriga, pero una vez nos sumerjamos en la historia principal y veamos “de qué va esto”, nuestro objetivo no cambiará hasta el final del juego.


Recorriendo el mundo
Que no cambie nada en la historia principal no quita que durante toda la aventura dejen de pasar cosas. Como ya imaginaréis, el camino de nuestros héroes será muy largo y estará lleno de incidentes que nos obligarán a recorrer multitud de ciudades y mazmorras.

Las ciudades no es que sean muy grandes, pero tienen los alicientes necesarios para hacernos gastar horas en ellas. Si bien es cierto que podemos encontrar misiones secundarias y Sueños (de los que os hablaré después), normalmente solo las “usaremos” para comprar armas y otros objetos, descansar, guardar la partida, y continuar hacia la siguiente mazmorra.

Las calles de las ciudades están repletas de gente, lo cual le da mucha vida a estas. Podremos hablar con todas y cada una de las personas que encontremos, y cada uno nos dirá cosas distintas. Hay que destacar que todos tienen su propio nombre y descripción, se ve que en este aspecto los trabajadores de Mistwalker se lo han currado bastante.

Las mazmorras son como las de cualquier otro juego de este estilo, con sus puzzles y sus combates aleatorios.
Aunque son más variadas que las ciudades, el funcionamiento es el clásico: llegar hasta el final y derrotar al jefazo.
Por suerte, en Lost Odyssey no habrá tantos combates aleatorios como en otros juegos. Bien es cierto que puedes tener mala suerte y encontrarte dos combates casi seguidos, pero por lo general nos dejarán avanzar bastante hasta el siguiente. Esto es de agradecer, ya que podemos pasar los escenarios sin, como pasa en otros juegos, acabar agobiados de tanto combate. Pero, si queremos luchar, también podemos conseguirlo dando vueltas sin parar. Lo único malo es que queramos entrenar y tengamos que estar un rato dando vueltas como tontos para conseguir luchar. Pero vaya, que no se puede tener todo, y yo prefiero que sea así.

El mapamundi será una mezcla entre el estilo de Final Fantasy X y juegos anteriores. Para ir de un punto a otro tendremos que seleccionarlo en el mapa, y nuestros personajes irán directamente. No podremos recorrerlos manualmente ni investigar. Con una excepción…


Tierra, mar y aire
(Esta sección contiene información sobre la historia, así que si no has jugado y piensas hacerlo te recomiendo pasar a la siguiente).

Llegado un determinado momento de la aventura, conseguiremos un medio de transporte acuático, con el que podremos recorrer todo el mapa del mundo manualmente.
En un principio puede resultar absurdo, pues para ir de un punto a otro bastaba con seleccionarlo en el mapamundi. Sin embargo, no tardaremos en darnos cuenta de la gran ventaja que supone este vehículo.

Al encontrarnos en aguas profundas podremos sumergirnos bajo el agua, y encontrar así multitud de tesoros que hay escondidos por todo el mapa. Que son muchos, os lo aseguro.
No solo eso, sino que también podremos encontrar grutas y mazmorras ocultas, que alargarán en gran medida nuestras horas de juego en los últimos compases de la aventura, y que nos permitirán encontrar objetos muy valiosos y enfrentarnos a jefes secretos.

Por si esto os parece poco, a nuestro vehículo le queda otro as en la manga. Tras coger impulso en el agua podremos ascender en el aire y volar como si de un avión se tratara, para llegar así mucho más rápido de un sitio a otro y aterrizar sobre aguas rodeadas de montañas a las que es imposible acceder en barco.

Y bueno, ahí no acaba la cosa, pero creo que ya os he dado suficiente información. Si queréis saber más, os animo a lanzaros a la aventura en los extensos mares de Lost Odyssey.


Personajes
A Kaim, Sez y Jansen se les unirán varios compañeros durante la aventura.
Ninguno de los personajes tiene un “job” determinado, más bien se dividen en dos tipos: magos y luchadores.

Cada personaje tendrá, además del arma, posibilidad de equiparse anillos y accesorios.
Los anillos sirven para dar propiedades extra al ataque, además de permitirnos aumentar la potencia de nuestro ataque pulsando un botón determinado mientras nuestro personaje embiste al enemigo. En la línea de Legend of Dragoon, para que os hagáis una idea, pero con diferencias.

Los accesorios contienen habilidades que se activan con equiparlos. Algunos personajes pueden aprender y usar estas habilidades aunque no tengan ese accesorio equipado, al estilo de FFIX.
Y aquí es cuando entra la principal novedad: la diferencia entre mortales e inmortales.

Los personajes mortales tienen sus propias habilidades que irán aprendiendo mientras suben niveles. Cada uno tiene las suyas propias, y no podrá aprender las de otros. Lo único que puede aumentar su número de habilidades es equiparse accesorios, pero una vez se lo desequipe perderá la habilidad correspondiente.

No ocurrirá lo mismo con los inmortales. Estos no aprenden habilidades al subir de nivel, así que de algún lado tienen que sacarlas, ¿verdad?
Pues bien, hay dos maneras: la primera es equiparse un accesorio y conseguir la cantidad de PH (conseguido al derrotar enemigos) necesaria para aprenderla.
Una vez la hayamos aprendido, podemos equiparle la habilidad en el menú Habilidades, y esta permanecerá activa aunque cambiemos el accesorio.
La segunda forma de aprender habilidades es enlazando a nuestros compañeros mortales. Es decir, que podemos aprender las habilidades de los personajes mortales que luchen a nuestro lado, del mismo modo que de los accesorios.

Con esto tendremos dos tipos de personajes bien diferenciados: los mortales, que tienen un número muy grande de habilidades, pero que solo pueden usar las suyas propias; y los inmortales, que tienen muchas menos ranuras de habilidades pero que pueden combinar las de varios personajes y accesorios.


Entrando en combate
Nuestro grupo de lucha está compuesto por cinco personajes, que pueden (y deben) dividirse en dos filas. Los de la fila delantera estarán más desprotegidos pero cubrirán a los de la fila trasera.

Para controlar esto, Lost Odyssey cuenta con una barra de defensa, que disminuirá a medida que reciban daño los personajes de primera línea.
Cuanto más vacía esté la barra de defensa, más daño recibirán los luchadores de la fila de atrás, así que lo normal es poner a los personajes con mejor defensa en primera línea, y a los magos detrás.

El menú de batalla no tiene nada especial, es similar al de muchos otros RPGs. El idóneo para este tipo de combates. Cabe destacar que podremos seleccionar nuestras acciones con toda la tranquilidad del mundo, ya que decidiremos qué hacer al principio de cada turno. Una vez seleccionadas, empezará atacando el personaje con mayor agilidad, y una vez que hayan atacado todos terminará el turno (a no ser que algún personaje use una magia que necesite varios turnos en cargar, en cuyo caso terminará el turno y este personaje no actuará hasta turno correspondiente).

Un gran acierto de este juego es la posibilidad de memorizar nuestra última selección en el menú, pudiendo hacer que en el turno siguiente usemos el mismo comando sin necesidad de estar navegando entre los menús para seleccionarlo.

En estos momentos puede que estéis pensando: “un momento, pero ¿no has dicho que hay personajes inmortales? ¿de qué sirve luchar si no te pueden matar?”.
Pues bien, esto tiene su explicación… en parte.

Durante los combates, si la vida de cualquier personaje se reduce a 0 perderá el conocimiento y caerá abatido. Se pueden resucitar con las magias y objetos correspondientes, pero no siempre será necesario. Y es que los personajes inmortales, como su propio nombre indica, no pueden morir en combate, así que, pasados dos turnos, “resucitarán” sin ayuda y podrán seguir peleando.

Por el contrario, tenemos otra versión que nos hace dudar de la credibilidad de la historia. O al menos a mí, que soy de mente inquieta. Si la vida de todos los personajes llega a cero, el combate habrá acabado y nuestros personajes morirán.
Vamos a ver, ¿pero no eran inmortales? ¿Ahora resulta que sí pueden morir después de todo el juego presumiendo de que no? Es más, ¿por ser inmortales ya pueden resistir la explosión de un meteorito sin ningún rasguño? ¿Y si les cortan la cabeza? La única conclusión que he sacado es que sepan regenerarse al estilo Piccolo. Pero esto, por degracia, es buscar una explicación donde no la hay.
No nos engañemos, es un fallo bastante importante de la historia.
Pero, por suerte, es el único.


1000 años de sueños
Durante el juego, los personajes inmortales (principalmente Kaim) irán recordando cosas de su pasado. Al ver una determinada escena o paisaje, el juego parará y podremos ver un pequeño relato explicándonos estos recuerdos.

No sé quien habrá sido el encargado de escribir estos relatos, pero os aseguro que es un verdadero genio.

¿Cómo se puede, en tan pocas páginas, afectar a los sentimientos del jugador de una manera tan profunda? Da igual como sea, el caso es que lo consiguen.
Las historias suelen ser, por lo general, bastante tristes, así que, si sois sensibles a determinados temas, no os extrañéis si acabáis derramando alguna lágrima.

Esto no solo sucede con los relatos, sino que ocurre lo mismo durante el resto del juego. Lost Odyssey tiene una historia bastante triste, cosa que podremos comprobar desde un primer momento, pero que aumentará a medida que avancemos en la historia.
Tan solo intentad poneros en la piel de Kaim. Intentad imaginar la infinita tristeza de perder a todos vuestros seres queridos durante mil años, y que tuvierais que soportar revivir estas situaciones todas las noches durante los sueños.

Y eso es lo que veremos en el juego, la agonía de Kaim mientras los recuerdos de la muerte de su hija le asaltan la mente día tras día sin conseguir recordar por qué pasó ni qué le hizo olvidar todo aquello.

Pero ahí no acaba la cosa. No se limitan a torturar al pobre Kaim en sueños, sino que durante la historia principal también viviremos en vivo y en directo momentos en los que los personajes acabarán derrumbándose y llorando, debido a las limitaciones de llevar una vida mortal. Y os aseguro que ver llorar a niños pequeños es difícil de resistir, al menos para una persona normal. Me gustaría contaros más, pero lo mejor es que lo veáis vosotros mismos. O mejor dicho, que lo sintáis.


Next Gen + Nobuo Uematsu
De esta combinación no puede salir nada malo. En el peor de los casos, podría salir algo regular.
Los gráficos de Lost Odyssey no es que sean lo más puntero de Xbox 360, pero desde luego que son de lo más bonito que hemos podido ver en esta generación.
Aunque bien es cierto que hay determinados apartados en los que “flaquea” un poco, y lo pongo entre comillas porque lo digo comparándolo con los juegos con mejores gráficos que hay ahora mismo, en general no se le puede poner ninguna pega.
Algunos escenarios y personajes nos dejarán embobados por la enorme calidad gráfica de que disponen. Algo tan simple con ver el movimiento del pelo largo de Kaim mientras sube o baja una escalera da un realismo al juego que ya le gustaría a muchos. Y todo esto sumado a lo coloridos que suelen ser los RPGs japoneses, muy al estilo de Folklore o Final Fantasy X, por poneros algunos ejemplos.
Como detalle comentaros que mientras nos movemos por los escenarios podemos hacer zoom durante el juego, y ver así todo más de cerca.
El único momento en que no podemos es durante los combates, pero realmente es innecesario, pues la cámara está colocada siempre en el lugar más apropiado y espectacular posible. Cuando luchéis contra enemigos gigantescos lo comprobaréis.

Sabiendo cómo es el juego, y sabiendo cómo es Uematsu, podemos hasta imaginar como es la banda sonora del juego.
Por lo general, casi todas las canciones son tranquilas y muy melódicas, tremendamente agradables de oír tanto en el juego como por separado. Si queréis tener un momento de tranquilidad y relajación, se me ocurren pocas cosas más adecuadas que oír esta BSO.
Sin embargo, cuando el momento lo requiere, la música se vuelve muy dinámica dando el ambiente perfecto a cada situación. Por ejemplo, durante una huída será música más rápida, mientras que la música de combate nos anima a luchar con más ganas. Esto es realmente difícil de explicar si no lo habéis experimentado, pues ningún otro compositor, y mira que hay alguno bastante bueno, llega al nivel de Uematsu en este sentido. Y aquí ha demostrado que está en plena forma.

Sin embargo, la BSO de Lost Odyssey se puede considerar un poquito repetitiva. Aunque bueno, quizás sea normal que te parezca repetitiva después de jugar 60 horas, pues sería imposible hacer una canción distinta cada 5 minutos, pero lo que creo que la hace parecer más repetitiva es que, al haber tantos momentos tristes, la música suele ser casi siempre muy relajada y melancólica.
Así mismo, la música de las mazmorras no es que llene demasiado, pero bueno, tampoco está nada mal.

Lo que si hay que destacar es la música de las luchas contra los jefazos, que cambiará de uno a otro, y cuyo inicio es siempre espectacular. Va in crescendo mientras se prepara el combate y llega a su punto máximo al comienzo de este, manteniendo un alto ritmo durante todo el enfrentamiento. Vamos, que es la caña.


Un juego de tres partes
Lost Odyssey podría ser diferenciado en tres partes bastante claras.
La primera parte sería los DVDs 1 y 2. Aquí podemos ver LO en estado puro, un juego muy tranquilo y de corte clásico, pero que hace especial énfasis en los momentos tristes de la vida del protagonista y los que le rodean. Lejos de ir mejorando anímicamente, no dejarán de suceder cosas tristes que harán estremecerse a cualquiera con un poco de sentimientos.
Bien es cierto que es imposible entender al 100% la tristeza por la que está pasando un personaje de un juego, pero cuando les vemos llorar y hundirse no podemos evitar compartir parte de este sufrimiento.
Durante estos dos primeros DVDs se nos revela la trama principal, despacito y con buena letra, pues total, tampoco hay mucho que contar. Pero lo que hay que contar, lo hacen perfecto.

Cuando llegamos al tercer DVD la cosa cambia radicalmente. La tranquilidad que nos rodeaba anteriormente desaparece, y las cosas empiezan a sucederse mucho más deprisa. Nos veremos continuamente envueltos en combates y huidas, cambiando de localización con un dinamismo que provocará que las horas que dura este DVD se nos pasen muchísimo más rápido de lo que nos gustaría. Y es que, lo que nos gustaría, es que no acabara nunca.
Si la primera parte establecía “las reglas” y pautas a seguir de cómo sería el juego, ahora, habiendo alcanzado la posición deseada, mantendrá el nivel tan alto como es posible.

Algo muy distinto sucede en la tercera parte: el cuarto DVD. Por ser el final, debería superar en dinamismo (o igualar) al tercer DVD. Todo debería ser mucho más rápido y con tintes épicos, para darle al juego el final que merece.
Sin embargo, no es esto lo que ocurre, sino todo lo contrario.
Entraremos en una dinámica de mazmorras bastante absurda, y que, en mi opinión, sobra totalmente. Lo mejor es pasar estas mazmorras lo antes posible y disfrutar de las cosas realmente buenas de la parte final: explorar el mundo para hacer todas las misiones secundarias y ver el final del juego. Un final que, os aseguro, no olvidaréis (porque yo sí me lo he pasado, no como el 95% de los análisis que podéis ver en otras páginas).


Resumiendo
Como habréis podido observar durante el análisis, todos los apartados del juego son, como mínimo, de notable.

Las únicas pegas que se podría sacar es, como dije anteriormente, la simplicidad de la historia principal y la risión de antagonista que nos han puesto delante. Que un enemigo sea muy poderoso no significa que tenga que estar como una puta cabra, y que lo esté no le hace ser buen enemigo. Vale que sus ambiciones y su forma de llevarlas a cabo no sean nada originales, pero bueno, esto se podría compensar con una buena personalidad y una mente despierta. Pero no, han tirado por lo fácil. Solo quiere convertirse en un Dios y bla, bla, bla. Lo que tu digas, chaval.
Cuando un juego empieza así, se sabe perfectamente como va a acabar. La pregunta es, ¿acabará así? Bueno, pues jugad y comprobadlo vosotros mismos.

El tema de poner a un protagonista inmortal ha sido una idea buenísima y que marca una nueva forma de vivir una historia. En otros juegos en los que manejamos a seres que han vivido durante muchos años, esto se presenta como un detalle sin más. En Lost Odyssey, la inmortalidad de Kaim representa la historia en sí. El juego entero carecería de sentido. Sería un RPG más.
Lo único malo es lo que dije anteriormente, que si eres inmortal lo eres para todo, no solo cuando les interesa a los creadores del juego.

Como ya imaginaréis, el juego está doblado al inglés pero con subtítulos al español.
Me hace “gracia” ver que está doblado también a otros idiomas como italiano o francés, pero no al nuestro, que es mucho más hablado que esos dos. Pero bueno, prefiero un doblaje así de bueno (sobre todo el de Jansen) en inglés que uno normalito en español.


Fin del camino
Que un juego te pueda mantener sesenta horas (o más) entretenido, y que lo haga rodeado de tanto dinamismo, buena música y gráficos y, sobre todo, con una buena historia, no es algo que se encuentre todos los días.

Por eso, Lost Odyssey es un juego que todos los usuarios de una Xbox 360 deberían probar.

Y es que, ahora mismo, Lost Odyssey es el mejor juego que he podido probar en esta consola. Aunque más que como un juego, Lost Odyssey nos va a conquistar por lo que realmente es: una experiencia irrepetible.

Nota de Legend SK: 9

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