Análisis: Assassin's Creed

Juego: Assassin's Creed.
Género: Aventura - Acción.
Plataforma: Nintendo DS, PC, PlayStation 3, Xbox 360. (Analizaremos la versión de PS3)

Antes de nada me gustaría dejar clara una cosa: La historia principal de Assassin’s Creed, al contrario de lo que nos hicieron creer, no está basada en la edad media, sino en el presente, o mejor dicho, en un futuro próximo.

Manejaremos a Desmond Miles, un descendiente de la Orden de los Asesinos, y educado como tal. La organización Abstergo, una supuesta empresa farmacéutica, secuestra a Desmond con el propósito de conseguir el paradero de un poderoso tesoro que está en propiedad de los Asesinos.

Sin embargo, y por muy extraño que parezca, no es exactamente Desmond quien esperan que les dé el paradero de este tesoro, sino uno de sus antepasados…


De viaje a las Cruzadas
La organización Abstergo ha creado una máquina capaz de obtener recuerdos del pasado mediante los genes. Es decir, pretenden que Desmond consiga información del pasado gracias a esta máquina, conocida como Ánimus.
Una vez se introduce en el Ánimus, Desmond "viajará en el tiempo" hasta 1191, donde se desarrolla la mayor parte de la acción de Assassin’s Creed.

En esta época conoceremos a Altair Ibn La-Ahad, hijo del Maestro de la Orden de los Asesinos, y será de él de quien obtengamos estos recuerdos. Por decirlo a una manera, Desmond pasará a ser Altair.

Como la historia principal de Desmond no avanza en absoluto, me centraré en contaros la parte de Altair.

Tras una serie de hechos, Altair será despojado de sus armas y su rango dentro de la Orden. Su padre, es decir, el Maestro de la Orden, le encomendará una misión para demostrar si es digno de recuperar su antigua posición. Altair deberá eliminar a una serie de personas que amenazan la paz de las tres ciudades más importantes del Reino: Damasco, Acre y Jerusalén.

Esto es tan solo el principio, pero realmente también es la continuación y el final, pues la historia de Assassin’s Creed es de lo más pobre y, sobre todo, predecible que hemos visto en años.


Grand Theft Horse
El estilo de Assassin’s Creed recuerda principalmente al de juegos como Grand Theft Auto, pero en la época medieval. Tendremos tres grandes ciudades que podremos explorar a nuestro antojo. Eso sí, sin entrar en ni una sola casa, más bien saltando por las paredes y tejados al más puro estilo Spiderman (pero sin telaraña, que es más difícil).

La forma de escalar de Altair nos recordará a lo visto en Prince of Persia (ambos juegos son de Ubisoft), pero con más variedad y libertad. Podremos trepar por ventanas, salientes, rejas, y cualquier cosa no-plana que encontremos.

Las ciudades estarán llenas de gente andando de un lugar para otro. Mayormente serán civiles, pero también estará lleno de guardias.
Estos guardias serán nuestros enemigos a lo largo de todo el juego. Aunque en un principio no nos consideren una amenaza, si armamos mucho jaleo vendrán a por nosotros. Si nos ven saltando por los tejados, empujando a gente, empuñando un arma, etc., pasaremos a ser su enemigo número uno y no pararán hasta darnos caza… o hasta que les demos esquinazo. Hay diversos puntos a lo largo del mapa en los que podremos escondernos, por lo que no será muy difícil perderlos de vista.

De todas maneras, si eres de los que no te gusta huir, siempre te queda otra solución: desenvainar la espada.

Los combates en Assassin’s Creed son bastante espectaculares, a la vez que realistas y, por qué no decirlo, tremendamente sencillos. Podemos liarnos a espadazos a diestro y siniestro, pero esa no suele ser una buena opción. Lo mejor es esperar a que ellos den el primer paso y entonces usar los diversos contraataques de que disponemos. Si no somos extremadamente malos, podemos acabar tranquilamente con cientos de enemigos usando esta fórmula.

Otras formas de acabar con los enemigos serán tirarlos desde lo alto de un edificio, estamparlos contra una estructura de madera (que se caerá sobre ellos), apuñalarlos sigilosamente desde la espalda o, la forma más eficaz y sencilla, lanzando cuchillos.


Misiones secundarias
La mayor parte del juego estaremos haciendo misiones secundarias, por lo que creo que es la parte más importante de Assassin’s Creed: si te gustan las misiones secundarias puede gustarte el juego, y si no lo aborrecerás.

Hay muy pocos tipos de misiones secundarias, pero muchas de cada tipo. Sin duda esto acaba haciendo a Assassin’s Creed un juego excesivamente repetitivo…

Lo primero será escalar a las Atalayas, o puntos más altos de la ciudad. Una vez arriba conseguiremos visualizar una gran parte de la ciudad, que se nos añadirá al mapa, además de marcarnos la posición de las misiones extra.
Los objetivos de estas misiones suelen ser: robar un objeto, interrogar a alguien, salvar a un ciudadano de las garras de los guardias, escuchar una conversación a escondidas o ayudar a uno de nuestros compañeros de la Orden a recuperar unos estandartes o a eliminar a ciertas personas.

Las primeras veces pueden ser interesantes e incluso un reto, pero cuando llevamos 20 pues como que cansa, ¿no?

Con todo esto, más el tiempo que pasemos dando vueltas por la ciudad (viendo lo mismo una y otra vez), Assassin’s Creed nos puede durar bastantes horas. Una vez que nos cansemos de dar vueltas sin hacer nada nos quedan las búsquedas de estandartes y eliminar a los 60 templarios ocultos por el mapa. Más duración, más repetición.


¿Alguien ha dicho bug?
Lo primero que salta a la vista es que técnicamente es un juego que, aunque no sea el mejor, cumple bastante bien.
Sin embargo, personalmente opino que para ser de nueva generación deja un poco que desear (de la versión de Nintendo DS prefiero no hablar…).

De lo que nadie duda es de que la recreación de las ciudades en la Edad Media está bastante bien conseguida, o eso supongo, pues yo en esa época no había nacido. Veremos por la calle puestos de mercaderes, borrachos, pobres (que nos pedirán dinero y que, mira por donde, siempre son mujeres). Además, podremos percibir el ruido de las multitudes, lo cual nos hará creer que realmente estamos viviendo esa época.

La música creo que no es nada especial, nos acompañará sin que muchas veces nos percatemos de su presencia.
Sobre el doblaje en cambio tengo mucho que decir… No he visto un doblaje tan penoso en mucho tiempo. Vale que no todos pueden tener la calidad de Heavenly Sword, y vale que hay actores de doblaje bastantes malos en otros juegos. Pero vaya, señores de Ubisoft, lo que no se puede hacer es poner a los personajes ancianos voces de jóvenes de 20 años. Te cargas totalmente el juego haciendo esto, joder.
Ya os aviso: cuando rescatéis a una señora anciana y os vaya a dar las gracias vais a flipar.

Espero que el de los otros países esté mejor hecho, porque esto es vergonzoso. Pero bueno, hay algunas voces que sí se salvan (Altair y poco más).

Por cierto, especial mención a la mejor frase del juego, cuando Altair, tras matar a uno de sus objetivos, dice que "sus pilas se han apagado". En 1191.

Por último hablaré de lo que más llama la atención: los bugs.
Assassin’s Creed es el juego con más bugs que he visto en esta generación. Obviamente esto lo digo porque aún no he probado el Grand Theft Auto, pero no creo que se quede muy atrás…
Veremos a Altair hacer cosas bastante extrañas, como teletransportarse o paralizar el tiempo, y los enemigos permanecerán en muchas ocasiones flotando en el aire. Pero no, no son superpoderes, son superbugs.

Y bueno, de las dos veces que tuve que resetear la PS3 prefiero no hablar.


Y poco más
No se puede decir mucho más del juego. Si os gusta el estilo os mantendrá enganchados bastantes horas, pero de una manera parecida a como lo harían el Pro Evolution Soccer o el FIFA… Todo el rato haciendo lo mismo.

Eso sí, si no os cansa tenéis juego para muchas, muchas horas.

Ahora queda esperar a la segunda parte, pues Assassin’s Creed parece tan solo la introducción a la trilogía que están preparando. Pero bueno, eso ya lo comprobaréis vosotros cuando completéis el juego...

Nota de Legend SK: 7,5